Vellos/ Exceso de vello

A menudo oímos hablar de la depilación permanente o depilación definitiva, pero antes debemos aclarar una cosa: ningún método de depilación es eterno. Los láseres y la luz pulsada tienen un efecto gradual (de ahí la necesidad de muchas sesiones) y a largo plazo. Decir que es un método permanente, por lo tanto, no es del todo correcto, incluso cuando es cierto que los resultados duran mucho tiempo, hasta algunos años. Los resultados y su duración son siempre subjetivos, por lo que es importante confiar en profesionales con experiencia en estas técnicas y no hacer comparaciones con los resultados obtenidos por otras personas, ya que cada caso es diferente.

Una vez hechas las aclaraciones necesarias, veamos cuáles son las diferencias entre los métodos de depilación que ofrecen resultados más duraderos:

• Depilación láser: esta tecnología utiliza un haz de luz intenso para calentar y destruir el folículo piloso (pero no el tejido que lo rodea) para detener el crecimiento futuro del cabello. La luz que emite el láser toma como referencia el pigmento del cabello, por lo que funciona mejor en vellos oscuros y tonos de piel claros, pero algunos láseres (como el de diodo o el de alejandrita) también están diseñados para usarse en pieles oscuras y bronceadas. Existen muchos tipos de láseres en la actualidad y la elección de uno u otro dependerá principalmente del tipo de piel y vello del paciente, lo cual será valorado por el especialista.

De media se necesitan unas 5 sesiones para obtener un buen resultado que conduce a una reducción del 70 al 90% del crecimiento del vello superfluo. A partir de entonces, el nuevo crecimiento será progresivamente más lento y los nuevos cabellos serán más finos y claros hasta caerse solos, por lo que una vez finalizado el primer ciclo de tratamiento, es posible que solo sean necesarios retoques periódicos y espaciados.

• Luz pulsada: el funcionamiento es muy similar al del láser, pero en este caso el aparato de depilación funciona gracias a la energía que emite una lámpara de xenón que calienta el folículo piloso y lo destruye. En cuanto a resultados, duración y número de sesiones, no hay muchas diferencias respecto al láser, pero la ventaja es que funciona de manera efectiva incluso para cabellos rubios.

El tratamiento no es doloroso y se recomienda hacerlo solo en otoño o invierno, cuando es más fácil mantener la piel cubierta, pues la exposición solar puede causar manchas o irritaciones, y comprometer los resultados.

• Electrodepilación: también llamada electrólisis o electrocoagulación. La depilación se realiza pelo a pelo insertando una diminuta sonda metálica (similar a una aguja) dentro del folículo piloso. La sonda emite un pulso de corriente eléctrica que destruye el folículo con energía térmica y luego se elimina el vello con unas pinzas. Se considera un método de depilación permanente al igual que los anteriores y también es válido para el rostro y el cuerpo. Sin embargo, con la llegada de los dispositivos láser o de luz pulsada, ha perdido popularidad y está cada vez menos extendido y, a menudo, solo se usa como complemento de estos dos tratamientos.

La ventaja es que esta técnica se puede utilizar para cabellos de todas las pigmentaciones (incluso rubios y blancos), pero no se recomienda para personas cuyo cabello tiende a rizarse. La duración de la sesión depende del tamaño del área a tratar (esto también se aplica a las otras técnicas descritas), e incluso en este caso, serán necesarias varias sesiones antes de ver un resultado óptimo. Al final del tratamiento, la piel estará roja durante unas horas. La intervención no es dolorosa, pero en determinadas zonas más sensibles, como la ingle o el labio superior, puede resultar más molesta.