¿Qué es el lipedema y cómo tratarlo?

La lipedema es una de esas afecciones poco conocida que pueden llegar a generar grandes problemas en el estado de salud de quien la padece. Gracias a las molestias que genera la enfermedad en los pacientes, no por nada es conocido como el síndrome de las piernas gruesas, el síndrome de la grasa dolorosa o el síndrome de la inflamación.

Frecuentemente el lipedema se llega a confundir con la celulitis, pero no son los mismo. Mientras que la celulitis afecta a la grasa de las capas exteriores de la piel, el lipedema aparece por una acumulación exagerada de tejido graso en las capas más profundas de la piel.

Si bien no todos los casos de celulitis se convierten en lipedema, todos los lipedemas implican la aparición de celulitis. Además de lo anterior, existe otra diferencia particular entre estas dolencias: el lipedema puede llegar a extenderse desde la cadera hasta los tobillos, en cambio la celulitis se presenta de forma más localizada.

El lipedema se puede llegar a confundir también con el linfedema, sin embargo, este último, un edema de origen linfático, se puede manifestar sin que exista un lipedema asociado. Ahora bien, es posible que con el paso del tiempo un lipedema de origen a un linfedema, si la circulación de la linfa no es correcta.

¿Cuál es el origen del lipedema?

Es habitual que cuando aparecen problemas de acumulación de grasa como la celulitis, se piense que está relacionado con malos hábitos alimenticios o con una vida muy sedentaria, pero no en todos los casos es así. El lipedema, al igual que la celulitis, puede presentarse en personas delgadas o que están en su peso normal.

De hecho, hay personas que tienen un estilo de vida saludable, se alimentan bien, practican actividad física, se hidratan correctamente y aún así, pueden llegar a sufrir un lipedema. Lo anterior se debe en gran medida a que el origen del lipedema es genético, aunque algunos factores de orden externo pueden llevar a que se agrave o a que surja antes. En otras palabras, ninguna persona está exenta de desarrollar esta enfermedad.

Los especialistas están de acuerdo en que esta dolencia afecta mucho más a las mujeres que a los hombres, tanto que el número de casos masculinos es muy bajo, casi nulo.

¿El lipedema es un problema estético o de salud?

Si bien la acumulación de grasa en determinadas zonas del cuerpo puede causar problemas a nivel estético, ya que por la inflamación se evidencia un desajuste entre las proporciones de las partes superior e inferior del cuerpo, el lipedema no es sólo una cuestión estética. Esta dolencia puede llegar a afectar de forma drástica la salud de las personas que la padecen.

En la mayoría de casos de acumulación de grasa producida por la celulitis no se presentan molestias, mientras que con el lipedema sí. Los depósitos de grasa pueden llegar a comprimir los vasos linfáticos y con ello reducir la capacidad de transporte de la linfa. Esto genera un aumento en la fragilidad de los capilares sanguíneos, lo que afecta la circulación de retorno. Esta situación se manifiesta en dolor y malestar, sin embargo, se pueden llegar a presentar otros síntomas como la pesadez en las piernas.

Como si todo lo anterior fuera poco, el lipedema se puede llegar a convertir en un lipolinfedema cuando la capacidad de transporte de la linfa se ve reducida dramáticamente. En los casos más extremos, la acumulación de grasa en la parte baja de las piernas puede causar una seria limitación en la movilidad de las personas.

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¿El lipedema se puede operar?

Como se ha mencionado con anterioridad, el lipedema puede llegar a ser un problema grave, aunque no deja de ser una acumulación de grasa. Esto implica que se puede tratar con una operación muy frecuente hoy en día que presenta riesgos mínimos: la liposucción

En el caso de que el sistema linfático haya resultado afectado, se debe practicar una liposucción tumescente. Esta se diferencia de la liposucción tradicional en que antes de aspirar la grasa, el cirujano infiltra una solución anestésica diluida con el fin de proteger lo mejor posible los conductos linfáticos y evitar que resulten dañados durante la intervención.

En términos generales, la liposucción del lipedema sigue el mismo procedimiento que la liposucción tradicional para eliminar depósitos de grasa. En otras palabras, gracias a esta cirugía se logra reducir el exceso de adiposidad y en algunos casos, el cirujano puede llegar a moldear las piernas. Sin embargo, existen diferencias en el postoperatorio de las dos intervenciones, pues en la liposucción del lipedema se requieren sesiones de drenaje linfático, ya que es habitual que luego de la intervención se presente un extenso edema. 

¿Es posible eliminar el lipedema sin cirugía?

Actualmente existe una diversidad de tratamientos para eliminar los depósitos de grasa localizada y éstos también pueden ayudar a tratar el lipedema. Algunos de ellos son: la carboxiterapia, la mesoterapia o el drenaje linfático.

Sin embargo, si la acumulación de grasa es mayor, con los anteriores tratamientos se mejorarán los síntomas del lipedema, pero la grasa no desaparecerá por completo. En ese sentido, es más aconsejable pasar por el quirófano para realizarse una liposucción.

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¿El tratamiento del lipedema es definitivo?

Desafortunadamente el tratamiento para el lipedema no es definitivo, es decir, actualmente el lipedema es una enfermedad que no tiene cura, ya que con el paso del tiempo la grasa tiende a aparecer de nuevo. Por esta razón, los especialistas recomiendan a las mujeres que se han sometido a una liposucción para tratar esta dolencia que se realicen, de forma periódica, tratamientos para acabar con la grasa localizada .Estos pueden ser, por ejemplo, los ultrasonidos, la radiofrecuencia, la mesoterapia, la carboxiterapia, etc. Con esto se asegura que la acumulación de tejido adiposo sea menor y se disminuya la probabilidad de presentar lipedema.

También se recomienda practicar deporte, este es un gran aliado a la hora tratar el lipedema. De hecho, se aconseja ampliamente la natación, esta favorece el movimiento de todo el cuerpo y con esto se mejora la circulación sanguínea. Adicional al ejercicio, también es necesario que las pacientes usen prendas de compresión que faciliten la eliminación de grasa y el drenaje de la linfa.

Como el lipedema es una enfermedad, cualquier tratamiento debe estar supervisado por un médico. Es el especialista quien puede dar mejores indicaciones a la paciente sobre las soluciones adecuadas para su condición, recuerda que no todos los organismos son iguales, ni todos los lipedemas tienen la misma gravedad.

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