Ritidoplastia, una estrategia para lucir más joven
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Muchas mujeres temen el paso de los años por las secuelas que deja en la piel. Actos tan cotidianos como reír, llorar o incluso hablar van dejando marcas en el rostro, pero ahora es posible acabar con ellas a través de la ritidoplastia o estiramiento facial, un revolucionario procedimiento estético que no para de ganar adeptos.
Aunque las arrugas son los signos más evidentes del envejecimiento, también se presentan otros síntomas como la flacidez cutánea. Es por ello que la medicina estética está continuamente innovando para contrarrestar estos signos y ofrecer la oportunidad de tener una piel joven y luminosa por muchos más años.
Una de las alternativas más exitosas es el estiramiento facial, conocido también como ritidoplastia, ritidectomía o lifting facial.
¿Qué es la ritidoplastia?
La ritidoplastia o ritidectomía, es un procedimiento que estira la piel del rostro para eliminar las arrugas y disminuir la flacidez cutánea. Para lograrlo, el cirujano realiza incisiones en zonas escondidas del rostro como detrás de las orejas y el cuello cabelludo, para poder estirar la piel, eliminar la que sobre y evitar que se vean las cicatrices.
Cuando existe flacidez y exceso de grasa en el cuello, el especialista puede realizar una liposucción en esta zona y luego, realizar el estiramiento de la piel.
Una de las ventajas de la ritidoplastia es que no es necesario estirar la piel de la cara por completo, sino que se puede hacer solamente en las zonas en las que el paciente lo desee. De esta forma, un paciente puede someterse a una intervención completa, una media (en los pómulos y párpados), o una inferior (en el cuello y la papada).
Adicionalmente, también es posible realizar una mini intervención, conocida como "de fin de semana" por la rapidez del proceso y del postoperatorio. Se aplica en zonas concretas de la cara como: párpados, pliegues de la nariz o mentón. Aquí el cirujano hace incisiones más pequeñas que permiten el paso del aparato endoscópico que se usa en esta cirugía.
Es posible combinar esta cirugía con hilos tensores para mantener sujetos los tejidos y reforzar los efectos del estiramiento. Dependiendo del tipo de ritidectomía, el especialista puede emplear anestesia general, local o sedación.
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¿Cómo es el postoperatorio de la ritidoplastia?
Al finalizar la ritidoplastia, el cirujano pondrá un vendaje en la cara para atenuar su inflamación. Así mismo usará un drenaje para evitar la retención de líquidos. La inflamación de la cara es normal, también la aparición de hematomas y la sensación de entumecimiento. Estos efectos secundarios desaparecen por sí mismos en un par de días. De hecho, los hematomas pueden durar unas semanas, situación por la que no hay que alarmarse.
Para lograr una buena recuperación, se recomienda que durante los dos primeros días el paciente mantenga la cabeza ligeramente levantada cuando esté acostado y aplique compresas de hielo en la zona. Es importante guardar reposo varios días, no agacharse ni levantar peso, ya que se pueden presentar hemorragias que son contraproducentes para el paciente.
Junto con lo anterior, se recomienda no practicar ninguna clase de ejercicio ni exponerse directamente al sol. Si se siguen estas indicaciones se pueden retomar las actividades normales luego de 15 días.
También está prohibido el consumo de alcohol y tabaco, ya que podrían interferir con la recuperación. Es aconsejable que el paciente no tome aspirinas en los días posteriores a la cirugía, esto puede producir problemas de coagulación. Para mejorar las molestias es necesario que siga las indicaciones del especialista y solamente tome la medicación que le fue prescrita.
Como resultado de esta cirugía, y luego de las semanas de recuperación, la piel de la cara se verá tersa e hidratada, logrando rejuvenecer varios años. Es importante resaltar que los cambios producidos por la ritidoplastia no son inmediatos, sino que es necesario esperar a que pase la inflamación y se curen las cicatrices.
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¿Quiénes se pueden hacer una ritidoplastia?
La ritidoplastia se recomienda a mujeres y hombres que tengan signos evidentes del paso de los años, es decir que presenten arrugas, piel flácida, exceso de piel, grasa en el cuello, entre otros. Habitualmente los pacientes se encuentran entre los 30 y 50 años. Solamente, luego de la valoración médica, el cirujano podrá determinar si es conveniente realizar este procedimiento a pacientes más jóvenes o mayores de 50 años.
Esta cirugía no se puede realizar a mujeres embarazadas o que se encuentren lactando; tampoco se recomienda a personas que tienen problemas de cicatrización, enfermedades cutáneas, problemas cardiovasculares o alteraciones respiratorias. Por esto es importante que el especialista valore cada caso y establezca si se es o no candidato para realizar la ritidoplastia.
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¿Cuáles son los riesgos de la ritidoplastia?
Como todas las intervenciones quirúrgicas, la ritidoplastia no está exenta de riesgos. En ese sentido es muy importante que se acuda a cirujanos plásticos con experiencia en este tipo de intervenciones para minimizar los efectos indeseados. Sin embargo se puede presentar los siguientes inconvenientes: mala cicatrización, entumecimiento facial prolongado, lesión de los nervios faciales, caída del cabello, infección, decoloración de la piel, etc.
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