Senos después de la lactancia, ¿Cuáles son las recomendaciones?
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La lactancia es una experiencia muy importante para la vida de los bebés, pues crea un vínculo único con su madre. Además, es la forma más sana de alimentarlo. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la leche materna contiene muchos beneficios para la salud, además, ayuda al crecimiento y desarrollo de los bebés.
La lactancia es la forma de alimentación recomendada hasta los seis meses; a partir de ese momento, los dos organismos internacionales recomiendan complementar la lactancia con el resto de alimentos, incorporándolos poco a poco en la dieta. La leche materna es la forma más saludable y económica de alimentar a los bebés y además cuando se hace, se disfruta de momentos únicos e íntimos, razón por la cual, la mayoría de madres prefieren la lactancia natural.
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¿Qué cambios experimenta la mujer durante la lactancia?
Los senos de una mujer cambian mucho a lo largo de su vida. Sin embargo, los grandes cambios que dejarán huellas imborrables en su cuerpo, son los que se producen durante la gestación y la lactancia. Por ejemplo, durante el embarazo, los senos aumentan considerablemente de tamaño debido a que biológicamente se preparan para desarrollar su función, esto es, alimentar al bebé que se está gestando dentro de la mujer.
Por esta razón, la piel de la zona se estira y en algunas ocasiones se rompe. Esto provoca la aparición de las temidas estrías. Pero no es el único cambio, los pezones también sufren porque se agrietan, además de que su tamaño y forma cambian.
La prueba más dura se da cuando termina la lactancia, debido a que la piel que anteriormente se ha estirado para adaptarse al nuevo tamaño de los senos, se torna flácida. Así los senos, por el crecimiento y el peso, pierden firmeza y tienden a descolgarse. En ese sentido, muchas mujeres sufren la caída de los senos luego de amamantar.
También es posible que el busto de las mujeres tienda a recuperar su forma y su tamaño, pero esto no se presenta en todas las ocasiones y muchas madres ven como sus senos disminuyen, pierden volumen y quedan caídos.
Cada cuerpo es diferente y por supuesto evoluciona y se adapta a los cambios de acuerdo con su propio desarrollo. Por esto, hay mujeres que se recuperan muy bien, a las que el embarazo y la lactancia apenas les ha dejado huellas en su cuerpo, y hay otras que por el contrario sufren con la transformación radical, con los kilos de más, la caída de los senos, la aparición de estrías y celulitis. Todos estos cambios pueden ocasionar problemas de baja autoestima.
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¿Cuáles cirugías se recomiendan para recuperar los senos después de la lactancia?
A pesar de la increíble experiencia que representa ser madre y poder dar de lactar a un hijo, los cambios que sufre el cuerpo de la mujer, en especial el busto, pueden afectar su autoestima. De hecho, muchas mujeres no logran aceptar su figura después de estas etapas, ya que no se encuentran a gusto con lo que ven en el espejo, sienten vergüenza e incluso inseguridad por como se ven sus senos y su abdomen.
Sin embargo, este sufrimiento puede encontrar solución en la cirugía plástica. A través de diferentes procedimientos es posible recuperar la figura y también lucir de nuevo unos senos turgentes y atractivos. Debido a esto, muchas de las consultas que reciben los cirujanos especializados en cirugías de senos, están relacionadas con la recuperación del busto tras el embarazo y la lactancia.
De acuerdo con el problema que presente la mujer, el cirujano aconseja un determinado procedimiento quirúrgico. Entre los más comunes se encuentran:
- Levantamiento de senos o mastopexia:
Es una cirugía que busca levantar los senos caídos y descolgados después del aumento de senos producido durante el embarazo. Para lograr lo anterior, el cirujano realiza una incisión en el surco mamario, elimina el exceso de piel y al mismo tiempo eleva el seno. También es posible reducir la areola para ajustarla a la nueva forma del seno, si ésta presenta unas dimensiones excesivamente grandes.
En los casos en los que los senos están caídos, flácidos y sin volumen, el especialista puede recomendar la colocación de una prótesis para darle forma y firmeza. De esta manera, después de eliminar la piel sobrante, se pondrán los implantes, redondos o anatómicos, de acuerdo con las características del paciente. Esta cirugía requiere anestesia general y período de recuperación que oscila entre los quince y los treinta días.
- Mamoplastia de aumento:
Si luego de la lactancia el problema fundamental es el volumen y no la caída de los senos, el cirujano recomendará realizar esta cirugía, usando prótesis o grasa autóloga, es decir grasa de la misma paciente.
El objetivo principal de este procedimiento es aumentar el tamaño y eliminar la flacidez después de la lactancia. Al igual que el levantamiento de senos, está cirugía se practica con anestesia general y también requiere el mismo tiempo de recuperación. En las dos intervenciones la paciente debe llevar un sujetador anatómico o comprensivo durante el tiempo que el especialista lo considere conveniente.
- Asimetría mamaria:
Si la paciente presenta asimetría mamaria antes del embarazo, aunque sea muy leve, es posible que se acentúe después de la lactancia, ya que los cambios en el tamaño y el mismo proceso inciden negativamente en el problema. De hecho, muchos cirujanos señalan que es posible que esta dolencia se presente como consecuencia de la lactancia, ya que el bebé ha tomado más leche de un seno que del otro, lo que ocasiona una diferencia en la forma y tamaño.
Habitualmente esta diferencia se soluciona por sí sola cuando termina esta fase, pero no siempre es así. En ese sentido, tanto si la asimetría es anterior como si se ha acentuado con la lactancia, es necesario que la paciente se someta a una cirugía de corrección. Ésta consiste en colocar una prótesis en el seno de menor tamaño o, realizar una lipotransferencia con grasa autóloga. Esta operación se practica con anestesia general y demanda un periodo de recuperación de un mes.
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