Blanchig: un método eficaz para eliminar las arrugas
Las acciones más sencillas de la vida como hablar, llorar, fruncir el ceño o reír generan, con el paso del tiempo, la formación de pliegues en la piel del rostro. Esto, sumado a la flacidez facial son huellas inevitables del envejecimiento que hasta hace poco eran marcas permanentes. Sin embargo, existe una variedad de tratamientos estéticos antiedad que pueden ayudar a mitigar los signos de envejecimiento prematuro. Aunque no todos funcionan de la misma manera.
Como es bien sabido, los avances en el campo de la medicina estética avanzan a grandes pasos. Hasta hace unas décadas, el bótox era el tratamiento más solicitado para acabar con las líneas de expresión y devolver a la piel del rostro su juventud, pero ahora se han desarrollado técnicas como el blanching. Este método antiedad es tan eficaz, que le ha venido robando protagonismo a la toxina botulínica como tratamiento de rejuvenecimiento facial.
¿Qué es el blanching?
El blanching es un procedimiento novedoso para el rejuvenecimiento facial. Consiste en inyectar superficialmente pequeñas dosis de ácido hialurónico en las líneas de expresión. Con estas múltiples punciones sobre los surcos se consigue eliminar las arrugas y mantener una piel tersa y radiante.
Su acción no sólo elimina las líneas de expresión, el blanching permite dar a la piel del rostro tersura y con ello acabar con la flacidez cutánea que se genera por el paso inexorable del tiempo. Además de lo anterior, el ácido hialurónico favorece la producción de colágeno y elastina y por ellos, las personas que prefieren este tratamiento, logran conseguir una piel mucho más hidratada y luminosa.
El blanching es un tratamiento indoloro, pero en algunos casos se usa anestesia local para contrarrestar las posibles molestias que puedan generar las inyecciones. Una sesión dura aproximadamente 20 minutos y el paciente consigue unos resultados naturales que rejuvenecen su rostro sin riesgos para la salud y sin efectos secundarios como hematomas, enrojecimientos o inflamación.
No por lo anterior, el blanching lo puede realizar cualquiera. Es necesario que este procedimiento sea realizado por un médico especializado en medicina estética que cuente con una amplia trayectoria en tratamientos antiedad y también en rejuvenecimiento facial.
Las inyecciones de ácido hialurónico en las líneas de expresión no requieren de días de reposo ni mucho menos de días de incapacidad. Luego de la sesión, los pacientes que se realizan este tratamiento pueden retomar sus actividades cotidianas sin seguir cuidados especiales. Después de la sesión, el médico realiza habitualmente un masaje en la zona intervenida por las inyecciones para mitigar las posibles incomodidades que estas generan y también para distribuir mejor el ácido hialurónico.
¿Cuál es la diferencia entre el blanching y el bótox?
Por lo descrito anteriormente, a primera vista pareciera que el blanching es otro tratamiento estético más para rejuvenecer la piel del rostro, muy similar al bótox y nada diferente de otras técnicas como el ácido hialurónico, con el comparte algunos principios. Sin embargo, esto está lejos de la realidad. La principal diferencia entre el blanching y el bótox se encuentra en el tipo de línea de expresión sobre la que actúa.
El paso de los años y la gesticulación pueden generar dos tipos de arrugas: las dinámicas y las estáticas. Las primeras son las que se marcan en la medida en que lloramos, reímos, hablamos o fruncimos el ceño. Son conocidas también como arrugas gestuales y responden al movimiento de los músculos de la cara.
Las segundas, aparecen en el rostro en la medida en la que envejecemos y son consecuencia de la falta de hidratación, la flacidez cutánea y la tensión de los músculos de la cara. En esencia son líneas de expresión que surgen por la pérdida de colágeno y de elastina, es decir son producto de la edad.
En ese sentido, las mayoría de los tratamientos antiedad en el campo de la medicina estética, suelen mejorar o eliminar las arrugas dinámicas, pero no las estáticas. Ni siquiera el bótox ha probado ser efectivo en este tipo de líneas de expresión, mientras que el blanching actúa sobre las arrugas estáticas y consigue alisar la piel del rostro con unos efectos sorprendentes.
Además de lo anterior, el blanching se diferencia del bótox en que no altera la expresión de la cara y a pesar de que se inyecte en las arrugas, el paciente no verá su cara sin expresión o sus gestos forzados. Situación que si se presenta con el bótox y más cuando el paciente se ha sometido a muchas sesiones.
¿Quiénes pueden realizarse el blanching?
El blanching está recomendado para cualquier persona que tenga arrugas estáticas, es decir, aquellas que se derivan del paso de los años y que quiera rejuvenecer el rostro y darle lozanía a su piel. Sin embargo, estas líneas de expresión deben ser finas, no muy profundas o marcadas.
También se recomienda a los pacientes que no han logrado buenos resultados con el bótox, porque no les gusta la apariencia del rostro después de la inyección de la toxina botulínica, porque las líneas de expresión no se desvanecieron con este tratamiento o, porque no se puede aplicar bótox en la zona donde están las líneas de expresión.
En estos casos, el blanching es el método perfecto para reducir las arrugas de zonas como la frente o el entrecejo. También es posible aplicarlo para disminuir las patas de gallina, las arrugas sobre el labio superior, las líneas nasogenianas y los pliegues que aparecen en la comisura de los labios y las mejillas. Los especialistas en este tratamiento incluso observan que el blanching puede ser usado en otras zonas del cuerpo como las rodillas, los codos y el empeine.
En conclusión, el blanching es un tratamiento innovador que lograr disminuir las líneas de expresión que otros tratamientos estéticos, como el bótox o el ácido hialurónico, no. Es una técnica que permite mejorar los signos que el paso del tiempo va dejando en el rostro.
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