ABC de la Vaginoplastia
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El paso de los años va dejando marcas en nuestro cuerpo y la zona íntima no es la excepción. A medida que envejecemos se va perdiendo tono muscular y esto afecta sobre todo la zona genital de mujeres y hombres. Antes, la única solución era resignarse, pero ahora, existen muchos tratamientos y procedimientos estéticos que nos permiten recuperar la juventud en esta zona.
Todos nos queremos ver y sentir mejor, por ello, desde hace unos años se ha venido incrementando la demanda de cirugías estéticas. Intervenir la zona genital es muy común en la actualidad y no sólo por razones estéticas, en el caso de las mujeres, la vaginoplastia se requiere algunas veces por motivos funcionales.
¿Qué es una vaginoplastia?
La vaginoplastia es una intervención quirúrgica donde se estrechan o cierran los músculos del interior de la vagina. Con este procedimiento se logra dar mayor fuerza a esta zona y también aumentar o estrechar las paredes vaginales dependiendo de las necesidades del paciente.
Esta cirugía se recomienda a mujeres que notan una mayor laxitud en la zona vaginal, ya sea consecuencia de los partos, o del paso del tiempo. Esta situación repercute en una disminución del placer en las relaciones sexuales tanto para las mujeres como para los hombres.
Con la vaginoplastia se puede mejorar el tono del músculo vaginal ya que se aumenta su fuerza y control. Es posible también reducir el diámetro interno o externo de la vagina, así como el exceso de mucosidad vaginal con lo cual se refuerza el cuerpo perianal.
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¿Cómo es el procedimiento para una vaginoplastia?
Como se ha dicho anteriormente, con la vaginoplastia se busca estrechar los músculos alrededor de la vagina. Para lograrlo, se realiza un estiramiento del músculo y luego se sutura en el contorno del diámetro deseado; posteriormente se corta el exceso de piel.
Actualmente se puede realizar, en algunos casos, una cirugía láser, pero aún la técnica no está muy avanzada. Lo anterior evidencia que, en la práctica, la gran mayoría de procedimientos se realizan a través de la intervención quirúrgica tradicional, ya que el bisturí asegura una mayor precisión a la hora de intervenir la zona íntima.
La vaginoplastia se realiza bajo anestesia general y suele demorarse dos horas aproximadamente. Por el uso de la anestesia, la paciente debe permanecer en la clínica durante la noche para controlar sus constantes vitales y verificar su recuperación. Luego de veinticuatro horas de la cirugía, y si no existen contratiempos, la paciente es dada de alta y puede regresar a su residencia.
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¿Cuáles son los riesgos en una vaginoplastia?
Como todas las cirugías, la vaginoplastia tiene algunos riesgos asociados al paso por el quirófano. A parte de los que derivan del uso de la anestesia general, en este procedimiento, los riesgos más comunes son: la aparición de infecciones, hematomas, la presencia de dolor, la pérdida de sensibilidad en la zona y los sangrados.
En una recuperación normal, el proceso se desarrolla sin ninguna complicación y sin que la paciente pierda la sensibilidad en la zona íntima. Para asegurar esto, es muy importante seguir las indicaciones del cirujano respecto a los cuidados en el postoperatorio.
¿Cómo es el postoperatorio de una vaginoplastia?
Tal como se indicó anteriormente, después de veinticuatro horas la paciente puede retornar a su residencia para continuar con la recuperación. Luego de una semana puede, teniendo algunas precauciones, retomar su ritmo de vida normal e incluso reincorporarse a su trabajo.
Los primeros días después del procedimiento puede que haya dolor y entumecimiento de la zona, esto es un proceso normal en la recuperación y para controlar estas molestias, el especialista formula medicamentos. Es muy importante que después de la cirugía, la paciente no se automedique, sino que siga las recomendaciones dadas por el cirujano y tome la medicación en la forma y frecuencia prescritas. Si las molestias no desaparecen, es recomendable que acuda al cirujano para que cambie la receta.
Con frecuencia, en los días posteriores a la vaginoplastia se presentan pequeños sangrados, pero no hay que alarmarse. Sin embargo, si éstos fueran abundantes si es necesario ponerse en contacto de forma inmediata con el cirujano.
La sutura usada durante la operación es reabsorbible y desaparece en unas pocas semanas. Es necesario seguir todas las indicaciones para el cuidado postoperatorio que dé el especialista y entre ellas es normal la aplicación de cremas o la toma de estrógenos para favorecer la cicatrización.
Después de la cirugía no se recomienda usar pantalones ya que pueden ser molestos porque favorecen el roce o la presión en la zona íntima. No se deben practicar ejercicios en los que la zona vaginal esté involucrada de forma directa o indirecta durante algunas semanas posteriores a la vaginoplastia.
Respecto a las relaciones sexuales, se debe esperar de uno a dos meses para retomar la actividad sexual. La recuperación completa de una vaginoplastia depende de cada paciente, pero la media está entre seis y ocho semanas.
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¿Se puede realizar una vaginoplastia para tratar la incontinencia urinaria?
La vaginoplastia no sólo se realiza por motivos estéticos sino también funcionales .Por ejemplo, la falta de firmeza en el suelo pélvico está asociada a otros problemas que superan la pérdida de sensibilidad en la zona íntima. Es el caso de la incontinencia urinaria originada por el prolapso pélvico.
La vaginoplastia es una cirugía recomendada para las mujeres que sufren diariamente de pérdidas de orina. En esta situación se aprovecha la intervención para corregir la incontinencia urinaria y para estrechar la vagina de forma simultánea.
¿Se puede combinar la vaginoplastia con otras cirugías?
Las intervenciones en el campo de la estética ginecológica tienen cada vez mayor demanda. Muchas mujeres no están cómodas con el aspecto de su zona genital y deciden operarse. Por ello es habitual que se aproveche la realización de una vaginoplastia para llevar a cabo otros procedimientos en la zona íntima como la himenoplastia o la labioplastia.
En estos casos la recomendación es ponerse en manos de cirujanos especialistas en el tratamiento de la zona íntima. Estos profesionales examinarán la zona y podrán asesorar a la paciente sobre la mejor solución a sus problemas. Adicionalmente, se encargarán de realizar todos los exámenes necesarios para que la cirugía se lleve a cabo sin contratiempos y la recuperación arroje los resultados esperados.
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