La sudoración excesiva es una enfermedad que se conoce por la exagerada cantidad de sudor que puede generar un paciente. Se sabe que esto puede ser en varios niveles del cuerpo, como sucede normalmente, pero al ser crónico puede conducir a problemas físicos o emocionales, como interferir en relaciones personales, actividades recreativas o profesionales.
Se origina debido a un fallo que puede tener el sistema nervioso simpático, que está dentro del sistema nervioso autónomo. Esto significa que nuestro cerebro envía señales de más indicando que hay que producir una gran cantidad de sudor, más que la necesaria, para ser capaz de regular la temperatura corporal.
Cada caso es único. El sudor excesivo puede ocurrir por un embarazo, ciertas enfermedades, la obesidad, el consumo de alcohol, etc. No obstante, esta enfermedad tiene cuadros generales en los que se puede evidenciar que las personas sufren mucho por esta enfermedad, ya que les impide tener cualquier tipo de contacto físico y, a nivel corporal, su cuerpo también empieza a sentirse débil por culpa de la deshidratación excesiva.
La sudoración excesiva tiene una clasificación muy completa que incluye cuatro niveles de la enfermedad. Entre las características que las unen a todas están la sudoración palmar, plantar, axilar y facial, además de que la mayoría de los pacientes presentan el enrojecimiento facial. A continuación las detallamos:
La primera aparición se muestra durante la pubertad
Los expertos afirman que las causas de esta condición son diversas y que el momento exacto en el que aparece la sudoración excesiva no ha sido descubierto. Los científicos llevan años intentando encontrar más información sobre esta condición, pero los resultados no son tan satisfactorios. Sin embargo, ya se tienen datos suficientes para que los afectados puedan llevar un estilo de vida normal.
Una persona que sufre esta enfermedad lo hace casi desde el momento en que nace, es decir, ya se ha demostrado que, si bien no se manifiesta, el sistema nervioso de un paciente con hiperhidrosis empieza a fallar desde pequeño, pero los síntomas son demasiado leves para que los padres puedan notarlo. En sus formas más severas puede provocar hongos, descamación, mal olor, irritación y pigmentación de la piel.
La primera aparición de los efectos se muestran con mayor claridad durante la pubertad, es aquí cuando la alteración hormonal despierta aquello que se mantenía dormido en el interior del paciente. Generalmente, desde la enfermedad se activa no se detiene nunca, por lo que es de suma importancia que los pacientes la detecten a tiempo para poder aplicarse los tratamientos más eficaces.
En la actualidad, se estima que alrededor de un 3% de la población mundial sufre hiperhidrosis, pero solo son los casos de la sudoración excesiva primaria, que es aquella que afecta con la misma intensidad a hombres y mujeres. Otro dato interesante acerca de esto es que un 40% de los afectados tienen miembros de su familia que también lo padecen, por lo que se ha podido demostrar que se trata de una enfermedad hereditaria.
Recuerda que cada paciente es único, por lo que también se pueden encontrar casos en los que la persona evidencia los síntomas de la sudoración excesiva desde mucho antes de llegar a la etapa de la adolescencia.
La especialidad médica adecuada para tratar la sudoración excesiva es la dermatología aunque los médicos estéticos también suelen tratar esta enfermedad.
Es importante elegir a un especialista en hiperdiosis para que te ofrezca el mejor tratamiento para tu caso y te indique también si puede haber algún efecto secundario tras el tratamiento.
Es necesario que en la primera cita el paciente le cuente al especialista todo lo relacionado con su sudoración excesiva y cómo le afecta en su vida diaria. De esta manera, se infiere el grado que presenta y, en base a ello, se decidirá qué tratamiento será el más adecuado.
Por lo tanto, primero de todo será vital ver el tipo de hiperdrosis que presenta el paciente. Por otra parte el médico también preguntará al paciente sus hábitos ya que estos también pueden influir en las causas. Es necesario saber si la sudoración es constante o si ocurre en momentos de estrés, después de comer o en ciertos horarios del día. Por ejemplo, hay gente que padece de sudoración nocturna.
Gracias a los avances de la tecnología, actualmente existen diversos tipos de tratamientos que pueden ayudar a los pacientes con hiperhidrosis a controlar los niveles de sudor en su cuerpo. Muchos de ellos deben ser recetados por un especialista.
Uno de los tratamientos más utilizados para el tratamiento de la sudoración axilar y palmar es la Toxina Botulínica tipo A Botox®) que se aplica mediante pequeñas inyecciones superficiales en la zona a tratar. Su efecto se empieza a notar en unos días y dura aproximadamente 6 meses.
Aún así, hay otras opciones como las que indicamos a continuación:
Si bien ya te hemos mencionado tratamientos que son realmente efectivos, hay remedios caseros que pueden contribuir a que esto tenga un efecto más duradero, pero también puede tomar estas opciones si tu nivel de hiperhidrosis no es tan alto. Así que toma lápiz y papel para que te enteres de cómo puede cuidar de tu sudoración excesiva desde la comodidad de tu casa:
El calor, el estrés y la obesidad empeoran la sudoración excesiva
Si bien la sudoración excesiva es causada, en la mayoría de los casos, por condiciones neuronales y hereditarias, hay elementos y condiciones externas que pueden hacer que esta aparezca o se active con mayor fuerza. Los expertos mencionan problemas tales como: alteraciones del funcionamiento de la médula espinal, neuropatías periféricas, lesiones cerebrales, lesiones tumorales intratorácicas, problemas sistémicos e intoxicaciones de mercurio.
Muchas de estas cosas parecen ser muy obvias o inofensivas, pero el problema surge cuando se somete a estos contextos a un paciente de hiperhidrosis. Algunas de las causas son:
Otras causas menos usuales pueden incluir: acromegalia, cáncer, síndrome de carcinoide, consumir muchos medicamentos que tengan esto como efecto secundario, además de trastornos de glucosa, enfermedades del corazón, de los pulmones, el Parkinson, menopausia y el hipertiroidismo.
El tratamiento con bótox logra normalizar la producción del sudor en las axilas, en la planta de las manos y en la de los pies. Por lo tanto, si el paciente trata su sudoración excesiva podrá tener controlada esta enfermedad y además, mejorar su calidad de vida. Otro de los beneficios del bótox es que no requiere baja laboral y el paciente puede volver a sus actividades cotidianas.
Los resultados del tratamiento con la toxina botulínica son verdaderamente óptimos. Se logra minimizar la sudoración y las incomodidades del paciente. Por otra parte, es una aplicación muy rápida y ambulatoria. Al inicio hay cierta sensación de adormecimiento en axilas y manos, pero es pasajera, nada que cause mayores inconvenientes.
Se aconseja a los pacientes esperar un día para realizar alguna actividad física y no dar masajes en la zona tratada. En algunas ocasiones pueden aparecer puntos rojos en la zona tratada y algún morado leve después del tratamiento. Aunque no suele ser muy frecuente, en caso de aparición se irán pasadas unas horas.