Eliminación de lunares ¿Cuáles son los métodos?
Para muchas personas los lunares pueden parecer atractivos y sensuales, pero para otras representan un complejo, ya que pueden llegar a comprometer estéticamente algunas zonas del cuerpo como el rostro. Si eres de esas personas a las que no les gustan los lunares, entonces no puedes dejar de leer este artículo.
Los lunares son grupos de células pigmentadas que aparecen en el cuerpo de algunas personas. Se forman por la acumulación de melanocitos en el momento del nacimiento o durante las primeras décadas de la vida. Se pueden presentar en cualquier zona de la piel y su origen es genético.
La forma, el tamaño o el lugar donde se ubican, puede llegar a ser una razón suficiente para que una persona desee eliminar sus lunares. Por esta razón, son muchas las consultas respecto a los tratamientos más efectivos para retirarlos de forma eficaz y definitiva.
Es posible que aparte de las cuestiones estéticas, detrás de un lunar se esconda un inconveniente de mayor gravedad. Por ejemplo, la existencia de un melanoma. Este es un tipo de cáncer de piel que, en los casos más graves, puede llegar a ser fatal para quien lo padece. En aquellas personas en las que el lunar evidencia el crecimiento de un tumor, la eliminación del nevus es el paso obligado para determinar la peligrosidad y el mejor tratamiento para curarlo.
¿Cuáles son las técnicas empleadas para eliminar los lunares?
En el campo de la medicina estética existen diferentes métodos para eliminar eficazmente los lunares. Algunos de ellos se implementan cuando la causa de la eliminación es estética; otros, por el contrario, se realizan cuando la extirpación hace parte de un proceso para analizar las células de la dermis y establecer su peligrosidad. En todos los casos, la elección del método depende de la valoración que realice el dermatólogo.
Cirugía
El procedimiento más utilizado para la extirpación de lunares es la cirugía. Este método requiere el uso de anestesia local, sin embargo, por ser una intervención relativamente sencilla, no implica el ingreso hospitalario ni un largo postoperatorio. En este caso, sólo se deben seguir los cuidados especiales que determine el cirujano de acuerdo con la historia clínica y el estado de cada paciente.
En el caso de la cirugía, el especialista puede realizar dos procedimientos: cortar el lunar o cauterizarlo con un bisturí eléctrico. En la primera técnica, es importante saber que el retiro del lunar conlleva, muy seguramente, puntos de sutura que dejarán cicatriz. En ese sentido, si el dermatólogo no lo considera imprescindible para realizar una biopsia del lunar con posterioridad y de esta manera analizar su peligrosidad, este método no se usa en lunares que se sitúan en la cara o que pueden dejar marcas muy visibles.
En la cirugía con cauterización, el bisturí se suele usar en los lunares que sobresalen y como el nevus es quemado, no se aconseja en aquellos casos donde hay que realizar un estudio histológico del tejido.
La cirugía para retirar los lunares puede llegar a demorar entre una y dos horas, dependiendo del tamaño del nevus. Después de esta, el cirujano receta antibióticos para minimizar el riesgo de infección. Así mismo, el paciente deberá seguir al pie de la letra las recomendaciones sobre el cuidado de la zona durante el tiempo que el médico tratante lo determine. En términos generales, puede retomar su vida cotidiana luego de la intervención. De hecho, la cirugía es tan sencilla que no es necesario pedir incapacidad.
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Cirugía con nitrógeno líquido
Esta cirugía es una variante del método tradicional para eliminar lunares. Hoy en día, es la técnica más empleada por los dermatólogos para extirpar los nevus que sobresalen, ya que además de rápida, permite estudiar y valorar posteriormente el tejido cortado.
La principal diferencia entre la cirugía con nitrógeno líquido y la cirugía tradicional está en que en la primera, el nitrógeno se usa también para anestesiar la zona y proceder a la intervención quirúrgica. Sin embargo, no es la única. A través de este procedimiento no se elimina el lunar completamente, sino que, se rebaja con un bisturí para dejarlo a ras de la piel.
En ese sentido, es un procedimiento que se usa para realizar las biopsias de lunares que sobresalen, pero no los elimina por completo porque éstos quedan en la piel. De esta forma, si los resultados de la biopsia del tejido extraído no son favorables, se debe proceder a eliminar definitivamente el lunar con la técnica tradicional y con ello eliminar este problema de raíz.
La cirugía con nitrógeno líquido es un método interesante si lo que se quiere es disminuir un lunar que sobresale y mejorar la apariencia estética, pero si por el contrario, hay sospecha de su gravedad, se debe elegir otra técnica mucho más eficaz.
En los dos procedimientos, el tiempo de la cirugía también difiere. En la cirugía con nitrógeno líquido, la intervención se realiza más rápido que en la cirugía convencional. Sin embargo, como ya se mencionó, no elimina por completo el lunar.
Adicionalmente a lo anterior, esta técnica no deja marcas ni cicatrices en la piel, razón por la cual sus resultados estéticos son óptimos. Es más, si la parte del lunar que queda visible no es muy grande, el dermatólogo puede recomendar que se pigmente la zona para darle una apariencia de peca.
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Láser
El láser también se usa para borrar algunos lunares. Este es un método mínimamente invasivo, no implica el uso de anestesia y tampoco deja cicatrices en la piel. No obstante, no es efectivo en todos los tipos de lunares. Se usa sobre todo el láser CO2 para eliminar las células pigmentadas, en otras palabras, para borrar el lunar o para disminuirlo. No requiere el empleo de anestesia y difícilmente deja cicatriz; cuando esto sucede, es tan pequeña que apenas es visible. Es una intervención rápida, efectiva, segura e indolora. Una de sus mayores ventajas es la baja probabilidad de que se presenten efectos secundarios o complicaciones como sangrados, inflamación o infección.
Actualmente, esta es la técnica más empleada, pero también se usan otros tipos de láseres como el láser Alejandrita o la luz pulsada. En estos últimos, su uso está restringido a aquellos lunares que no revisten peligrosidad, es decir, cuando las lesiones no son graves y se pueden borrar a través de la despigmentación del lunar sin que este se analice o estudio con posterioridad.
Los láseres tampoco se pueden usar en los lunares que sobresalen. Para garantizar la efectividad de la técnica, los nevus deben ser planos, ya que lo que se elimina es el pigmento, es decir, la coloración del lunar, pero nunca el volumen, su relieve o su forma.
Es muy importante señalar la importancia de realizar controles dermatológicos sobre estas lesiones, ya que detrás de ellas se puede esconder un tumor. Por esto es necesario crear conciencia sobre la detección precoz y en esa medida, acudir al especialista para que realice los seguimientos periódicos de los lunares y pueda establecer su gravedad y la mejor forma de tratarlos.
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