Llevar barba está de moda, y al igual que con las cejas, el cabello o el bigote, el estilo y mantenimiento de ésta cambia y evoluciona: larga, espesa, de unos centímetros o de tres días… Hay gustos para todos, pero lo cierto es que siempre se busca que sea uniforme.
La barba comprende la vellosidad del mentón, las mejillas y el labio superior. Es importante tener en cuenta que no todos somos iguales en lo que respecta al crecimiento de nuestra barba; algunos pueden tener una barba muy espesa y densa, mientras otros luchan por tener una barba escasa.
Las causas pueden ser varias:
Densificar la barba puede ayudar a ocultar una marca de nacimiento o una cicatriz, pero también cambiar la forma de la barba o hacerla más homogénea.
Al igual que el trasplante de cabello, el trasplante de barba sigue el mismo proceso. Por lo tanto, el principio es tomar cabello de un área donante, que generalmente es el área de la coronilla, para implantarlo en el área receptora, en este caso en la barba (mentón/mejilla/mandíbula). Existen dos técnicas para recolectar los injertos: la técnica FUE y la técnica FUT.
El trasplante de barba se lleva a cabo en 3 pasos principales: la primera es la extracción de los injertos con una de las dos técnicas; la segunda es dibujar la barba para saber dónde se implantarán los injertos; y por último, la implantación de los injertos en la zona elegida.
La primera etapa se realiza bajo anestesia local y dura unas pocas horas (generalmente dos o tres horas). Una vez tomados los injertos, se clasifican y se examinan bajo el microscopio para implantarlos en la barba. A continuación el especialista determinará la forma de la barba y la zona a implantar (línea recta, línea redondeada, sobre la pasta, las carrilleras, la perilla…). El último paso es la implantación, que también se realiza bajo anestesia local. Es una práctica delicada que requiere de una gran pericia. La implantación se realiza con una aguja. El especialista debe asegurarse de que los injertos se implanten en la dirección correcta del cabello. El tiempo de la operación dura varias horas y depende de la forma de la barba elegida.
El primer rebrote se producirá en los meses siguientes a la operación (tres o cuatro meses), aunque se podrán apreciar los resultados a los 6 meses de la operación, y definitivamente al año del trasplante. Esta operación es muy satisfactoria siempre y cuando se sigan las indicaciones médicas post operatorias.
Si bien es una técnica menos extendida, la dermopigmentación puede darle a tu barba un aspecto más completo. Esta técnica tiene como objetivo introducir unos puntos de color en la dermis, que son micropigmentos bioabsorbibles. La dermopigmentación o micropigmentación es una técnica muy similar al tatuaje semipermanente.
Este método puede permitir rellenar parte de la escasa barba, aunque se trata solo de un efecto óptico. El transcurso de una sesión es sencillo: elegirás con tu especialista el color y el efecto de la dermopigmentación. Puedes optar por un efecto rapado o incluso un efecto “pelo de unos milímetros”. A continuación el especialista dibuja la futura barba “permanente” para poder realizar la dermopigmentación y conseguir el trazo más natural posible. Después de desinfectar la zona se realiza el tatuaje. Se requerirán retoques aproximadamente cada uno o dos años.
Seguir una rutina adecuada puede ayudar a tener una barba bonita. Ante todo tener una buena higiene es fundamental, así como llevar una dieta equilibrada con alimentos ricos en vitaminas, aminoácidos y sales minerales, dormir al menos 8 horas por la noche, o hacer deporte (que es beneficioso tanto para tu piel como para la calidad de tu barba y cabello). Ten en cuenta que el estrés es perjudicial para el crecimiento de la barba.
Hidrata tu piel a diario realizando pequeños movimientos de masaje para optimizar la circulación sanguínea y así favorecer el crecimiento de la barba. Para la hidratación se recomiendan ciertos aceites como el de ricino. Ciertos complementos alimenticios también pueden ayudar a tener una barba de calidad, como los suplementos a base de levadura de cerveza, zinc , vitamina B6 o selenio.