Ovulación Femenina y Halitosis
En las mujeres, una vez por mes, un óvulo abandona uno de sus ovarios y se desplaza hacia el útero. Este proceso se conoce como ovulación. En los días previos a la ovulación, el estrógeno estimula al útero para que se prepare para un embarazo. En condiciones normales, los ovarios son el principal origen de los estrógenos. La mujer que no está embarazada secreta estrógeno en cantidades importantes.
Durante el embarazo también se secretan cantidades enormes por medio de la placenta; es decir, puede alcanzar hasta 50 veces más la cantidad de estrógeno secretado.
En algunos estudios se ha podido establecer que durante la ovulación pueden presentarse cambios en el aliento de las mujeres. La halitosis que se puede manifestar en los días previos o durante la ovulación, el ciclo menstrual y el embarazo, puede estar relacionada con los cambios hormonales que ocurren en dichos periodos.
La concentración de compuestos sulfúricos volátiles (CSV) que ocasionan mal aliento, como el sulfuro de hidrógeno y el metil mercaptano producidos por las bacterias anaerobias Gram negativas, muestra cambios constantes durante la ovulación, el ciclo menstrual y el embarazo.
Algunos de estos cambios están relacionados con el aumento de estrógeno que puede generar una serie de respuestas bioquímicas en los tejidos bucales y que contribuyen con una mayor producción de compuestos sulfúricos volátiles malolientes. Esto se debe a que los tejidos bucales que cuando se renuevan son aprovechados como alimento por las bacterias causantes de halitosis (anaerobias Gram negativas).
La halitosis durante estos periodos es de origen fisiológico y su manifestación puede depender del organismo de cada persona. Lo anterior significa que no en todas las mujeres sea notorio el cambio del olor del aliento durante estos ciclos y que de ocurrir debe entenderse como una halitosis temporal o transitoria.
Una persona confidente (compañero afectivo, familiar o amigo cercano) es la más segura y cómoda ayuda para evaluar la calidad del aliento. De resultar positivo el diagnóstico de halitosis durante estos periodos lo recomendable es emprender acciones tendientes a neutralizar las bacterias anaerobias Gram negativas que habitan los lugares poco oxigenados de la cavidad bucal, especialmente la parte posterior de la lengua.
A continuación se presentan algunas pautas que pueden ayudar en el tratamiento.
Control Mecánico: Comprende el cepillado de dientes, uso del hilo dental y remoción del recubrimiento lingual, además de la limpieza de prótesis removibles en quienes las usen.
Se recomienda cepillar los dientes después de cada comida principal (desayuno, almuerzo y cena). El cepillado debe acompañarse del uso de hilo dental y la limpieza profunda de la superficie de la lengua, donde se alojan con más frecuencias las bacterias causantes de los compuestos sulfúricos volátiles mal olientes. La limpieza de la lengua puede realizarse con el cepillo de dientes o con un limpiador lingual de atrás hacia delante y debe hacerse de una manera cuidadosa, para no ocasionar lesiones.
Control Químico: Si la halitosis continúa su presencia a pesar de tener un régimen de higiene bucal adecuado se recomienda un tratamiento combinado mecánico-químico usando enjuagues bucales efectivos.
Los enjuagues bucales pueden ser un buen complemento de la higiene oral, siempre que sus componentes sean efectivos en el control bacteriano. Los productos que contienen alcohol pueden resultar adversos ya que éstos en especial resecan la boca cuyo efecto puede llevar a empeorar el mal aliento. Los enjuagues deben usarse después de hacer la higiene de la boca.
Oxigenación de la boca: La oxigenación de la boca beneficia la salud oral y por ende la calidad del aliento exhalado. Para que ello ocurra se debe ingerir diariamente abundante cantidad de agua y de líquidos, como jugos y limonada natural. De esta forma se favorece la salivación y se ayuda al control de la xerostomía (boca seca).
Además es recomendable consumir frutas en los intervalos de las comidas principales, pues éstas facilitan el proceso mecánico de masticación, el cual estimula la producción de saliva al mismo tiempo que se barren bacterias y sustancias nocivas para el aliento.
La goma de mascar es uno de los productos de mayor consumo para enmascarar el mal olor bucal, pero su beneficio para la halitosis no radica en sus propiedades odoríferas. Masticar chicle tiene como efecto la estimulación en la producción de saliva y ésta a su vez, ayuda a oxigenar y a limpiar la boca.
Masticar chicle permanentemente no es aconsejable aunque pueda funcionar ocasionalmente como en los casos en lo que no es posible limpiarse la boca después de una comida. Aunque casi siempre será posible enjuagarse la boca con agua para tratar de eliminar residuos de alimentos.