Es una técnica muy común en medicina estética y consiste en inyecciones subcutáneas de dióxido de carbono en estado gaseoso destinadas a mejorar la circulación sanguínea y linfática. Este tratamiento se usa principalmente para combatir la celulitis y los problemas de envejecimiento de la piel, pero también se recomienda para mejorar la grasa localizada. La sustancia inyectada es natural y no es peligrosa, no es tóxica y es muy eficaz para restaurar el tono de los tejidos. El CO2 va hacia el adipocito y libera la grasa, eliminándola.
Este tratamiento realmente tiene muchas ventajas y hace visibles mejoras para varios problemas:
Además, este tratamiento también puede usarse para los problemas del envejecimiento de los genitales femeninos.
El principal mérito de esta técnica es la posibilidad de generar la oxigenación de los tejidos a través del dióxido de carbono, lo que ayuda a la reactivación del metabolismo celular. El tratamiento está dirigido a activar una acción lipolítica, tanto directa como indirecta, así como a permitir la vasodilatación que devuelve luminosidad, frescura y tono a la piel. La terapia actúa sobre la circulación, porque el gas determina una vasodilatación directa y aumenta la velocidad del flujo sanguíneo y la apertura de los capilares comprimidos por los líquidos; Se obtiene una mayor oxigenación de los tejidos, lo que permite reducir cualquier hinchazón dando a nuestra piel un efecto de regeneración inmediata.
La carboxiterapia tiene efectos muy positivos también en el tratamiento de casos de psoriasis, dermatitis y otras enfermedades de la piel. Específicamente, esta técnica es absolutamente adecuada para reducir y/o eliminar: el exceso de celulitis, ojeras y arrugas, disminuye la piel caída y la flacidez, ayuda a la producción de colágeno haciendo que la piel sea más elástica, luminosa y compacta. Mejora la calidad de la piel, aumenta su elasticidad de la piel y no es tóxica. Por lo tanto, es una terapia segura y eficaz.
La carboxiterapia se utiliza tanto con fines terapéuticos como con fines estéticos. Si deseas someterte a un tratamiento para mejorar el tono de tu piel, el especialista más adecuado es el médico estético, especializado en tratamientos corporales. Este evaluará cuál es el mejor tratamiento para cada paciente, conociendo no solo la técnica, sino también la maquinaria utilizada. Además, solo un profesional que haya estudiado Medicina Estética y esté especializado en este tipo de tratamiento podrá ofrecerte la mejor atención.
Consejo: una buena práctica es siempre verificar que el médico elegido esté inscrito en una de las principales asociaciones de medicina estética.
Durante la primera visita, antes de empezar con la sesión de carboxiterapia, el médico realizará una evaluación médica inicial dirigida a indicar y sugerir al paciente el mejor procedimiento a seguir para resolver sus imperfecciones, asegurando así el mejor servicio posible. En esta etapa, es importante establecer una relación de total confianza, para que el paciente se sienta seguro y cómodo. Este es el momento perfecto para solicitar información sobre el tratamiento, solicitar detalles de la maquinaria utilizada, exponer tus propios temores y preocupaciones.
Una vez que se determinan las áreas a tratar y los objetivos que se deben alcanzar, el médico puede solicitar información adicional de tu cuadro clínico para evitar efectos secundarios no deseados. Para este propósito a veces se realizan análisis de sangre específicos u otros tipos de exámenes especializados.
Consiste en microinyecciones intradérmicas de dióxido de carbono médico. El gas se administra debajo de la piel a través de una aguja delgada colocada en el extremo de un tubo, conectada al dispositivo médico que contiene dióxido de carbono.
El equipo utilizado para la carboxiterapia se llama CDT EVOLUTION, el único dispositivo certificado y aprobado por la Unión Europea y el Ministerio de Salud. Las agujas utilizadas son estériles y desechables, de hecho, se reemplazan para cada paciente y tienen un diámetro que varía de 4 a 13 mm. Gracias a un microprocesador moderno, el CDT controla constantemente la cantidad y la pureza del dióxido de carbono emitido, lo que permite al operador un mayor control durante toda la sesión.
Las diferentes compañías que venden los equipos para realizar la Carboxiterapia cuentan con todos los parámetros avalados para su eficaz manejo. Las agujas usadas son estériles y desechables, de hecho, se reemplazan para cada paciente. Gracias a un microprocesador moderno, el equipo controla constantemente la cantidad y la pureza del dióxido de carbono emitido, lo que permite al terapeuta un mayor control durante toda la sesión.
El tratamiento completo puede variar de 6 a 10 sesiones, mientras que el flujo de anhídrido cambia de acuerdo con la patología, será el médico competente quién identificará las cantidades correctas que deben administrarse.
Las inyecciones repetidas podrían generar una sensación de incomodidad en el paciente, que puede requerir la aplicación de una crema anestésica, que se distribuirá en el área a tratar 20 minutos antes de la sesión. Según los especialistas, el tratamiento no resulta casi doloroso, ya que el pinchazo se realiza con una micro-aguja. El paciente podría notar un pequeño escozor y un enrojecimiento.
El tratamiento es mínimamente invasivo, se ejecuta en la clínica y no requiere un período de hospitalización. Al final de la sesión, el paciente puede regresar a sus actividades de forma segura sin contraindicaciones.
Este tratamiento tiene efectos beneficiosos en tres niveles diferentes: grasa, circulación y piel. Los resultados pueden notarse desde la primera aplicación, aunque los efectos más evidentes se pueden apreciar a largo plazo. En general, una sesión dura entre 15 y 20 minutos aunque el número de sesiones varía según las prescripciones médicas. En el futuro inmediato, el dióxido de carbono mejora el flujo sanguíneo y la vasodilatación, actuando positivamente en la microcirculación. Con la sucesión de sesiones, los capilares podrán expandirse más, ya que el agua y la grasa que los oprimió se eliminarán lentamente gracias a la acción lipolítica directa e indirecta. El primero es causado por el chorro de aire y destruye las células grasas, el segundo es un efecto de mejora de la circulación que produce una mayor oxigenación de los tejidos.
Todas estas acciones combinadas dan como resultado una piel visiblemente mejorada, más elástica y luminosa, gracias sobre todo a la estimulación de la producción de elastina, ácido hialurónico y colágeno. En resumen, la carboxiterapia produce:
El beneficio más conocido es la mejora de la microcirculación sanguínea ya que se favorece la llegada de oxígeno y nutrientes a la piel.
Los profesionales aseguran que tras el tratamiento se puede realizar vida normal aunque recomiendan seguir estas indicaciones para maximizar los resultados:
La carboxiterapia, además de ser un tratamiento eficaz, no es tóxica, es segura y no tiene efectos secundarios particulares. Sin embargo, no se recomienda para personas con problemas respiratorios, para pacientes con problemas de insuficiencia hepática o con cáncer. Tampoco es adecuada para quienes padecen anemia o en mujeres que estén embarazadas o dando el pecho.
Los únicos efectos secundarios pueden ser: una ligera molestia, pequeños moretones, una ligera hinchazón y enrojecimiento de las áreas tratadas. Estos efectos son mínimos y se resuelven en poco tiempo.
Las inyecciones de CO2 se han probado también otros tipos de tratamientos como por ejemplo, en cirugías endoscópicas del abdomen y nunca han generado contraindicaciones.
El tratamiento se puede realizar en cualquier parte del cuerpo, sin problemas particulares. Recientemente, también se usa con éxito en el área de los párpados como un tratamiento antiaging, para el cual se usan unos equipos especiales con una dosificación más baja.
No, el paciente percibe solo una ligera molestia tolerable, ya que al ingresar en CO2 la piel se infla y se siente una sensación de picazón, calor o un poco de ardor en el área a tratar.