Adiós a los hongos en las uñas con láser
Las uñas son un reflejo del estado de salud de una persona, además de ser una carta de presentación, ya que dependiendo de lo cuidado o limpias que éstas se encuentren, es posible determinar cómo son los hábitos de higiene de una persona, o cuál es su nivel de estrés, ya que hay quienes se comen las uñas como un mecanismo de alivio emocional.
Las células muertas endurecidas de las que se componen las uñas contienen queratina, la cual es una proteína fibrosa que produce el cuerpo de manera natural. Dichas células muertas provienen de los huesos y tienen un crecimiento de 0,1 mm por día. El crecimiento de las uñas de las manos y de los pies es completamente diferente, pues las de las manos crecen mucho más rápido, sin embargo, el ritmo exacto lo determina la edad de la persona, la estación del año, la cantidad de calcio, factores hereditarios, el ejercicio y la alimentación.
¿De qué se componen las uñas?
Las uñas están compuestas principalmente de una matriz o raíz, que está ubicada en la parte inferior y bajo la piel y es aquí en donde se origina la uña. Tienen una precisa franja del pliegue de la piel, conocida principalmente como cutícula o eponiquio y unas franjas laterales denominadas paronniquios.
El tejido que se ubica debajo del borde libre de la uña es el hiponiquio y es el encargado de proteger el lecho ungueal de las infecciones. El ingueal es el tejido que conecta al dedo de la uña como tal. La uña como tal es la porción dura y translúcida compuesta de queratina que también es conocida como cuerpo ungueal.
La parte blanquecina en forma de medialuna ubicada generalmente en la base de la uña es la lúnula, es el final de la matriz y está compuesta de células muertas.
Infección por hongos en las uñas:
Conocida también como Onicomicosis Dermatophytic o Tiña de las uñas, es una de las enfermedades más comunes, afectan tanto las uñas de las manos como las de los pies y la padece un 4% de la población adulta a nivel mundial.
Según un estudio en Estados Unidos y América Latina, los dermatofitos son los encargados de la mayor parte de las enfermedades superficiales, al igual que las infecciones cutáneas y mucosas por levaduras del género cándida.
Las micosis que más afectan a las uñas de las manos y de los pies son provocados por dermatofitos y son altamente contagiosas, pues sus factores de riesgo incluyen la mala salud, el uso de calzado cerrado, VIH, las drogas inducidas, actividades de gimnasio, el clima cálido, la mala salud, diabetes y demás.
En la actualidad encontramos cinco categorías de hongos en las uñas, denominados de la siguiente manera:
- Onicomicosis distal y lateral subungueal.
- Onicomicosis blanca superficial.
- Onicomicosis negra superficial.
- Onicomicosis blanca subungueal proximal.
- Onicomicosis distófica total.
Si notamos en nuestras uñas la aparición de unas manchas amarillas blanquecinas, sensibilidad en la uña y que al apretar la placa ungueal sale un liquido cremoso amarillo o transparente, podemos determinar que estamos sufriendo de hongos, si no lo tratamos a tiempo podemos notar el aumento de un pigmento verdoso que va invadiendo la matriz de la uña.
La infección se irá expandiendo por las capas más profundas y por las demás uñas, ocasionando el despegue de la uña de su lecho, el engrosamiento y una superficie áspera.
Tratamiento:
En la actualidad encontramos el tratamiento tradicional contra los hongos de las uñas y el tratamiento con láser.
El tratamiento tradicional de los hongos de las manos y de los piel está compuesto por la combinación de ácido undecenoico, azoles y alilaminas, es un tratamiento de uso tópico que puede durar entre 8 y 12 meses para el mejoramiento de las uñas de los pies, y hasta 8 meses para el mejoramiento de las uñas de las manos.
El tratamiento láser es uno de los mejores tratamientos para los casos iniciales, recidivantes o refractarios, altamente indicado para pacientes con insuficiencia hepática.
Tratamiento con láser para los hongos de las uñas
Teniendo en cuenta que la onicomicosis es una infección superficial de las uñas causada por dermatofitos, levaduras y mohos no dermatofitos, el tratamiento tradicional puede ser un poco frustrante para los pacientes, además de tener altas tasas de reaparición.
Gracias a los avances tecnológicos y según los estudios del hospital Universitario de IRAYASU en Japón, el tratamiento con láser para los hongos de las uñas de manos y pies deja resultados satisfactorios y altamente positivos, pues con pocas sesiones de láser, con intervalos de entre 4 y 6 semanas, se consiguió que el 81% de las personas tratadas obtuvieron una mejoría parcial o total después de 16 semanas.
El tratamiento consiste en la aplicación de una luz láser durante 5 minutos, realizado con un láser de 1064 nm de pulso largo que transmite una energía lumínica que ayuda a erradicar totalmente el hongo logrando el normal crecimiento de las uñas en tan sólo cuatro sesiones.
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Cada sesión se debe realizar con una semana de separación entre ellas y produce un calentamiento lento y paulatino del lecho ungueal para destruir el hongo, pero sin dañar la matriz de la uña ni de la piel.
No se requiere ningún tipo de anestesia, antibiótico o analgésico, pues a partir de la primera sesión el paciente empieza a notar el alivio del dolor y la mejoría en el aspecto de la uña.
Es importante evitar siempre la aparición de cualquier tipo de hongo o infección en las uñas, manteniendo una rigurosa higiene, lavándose las manos y los pies como mínimo 2 veces al día y secarse adecuadamente.
El uso de calzado y medias apropiadas influye mucho a la hora de generarse un hongo, pues éstos facilitan la transpiración y ventilación adecuada, así como la realización de manicura y pedicura constante para corregir deformidades y mejorar la apariencia de las uñas.
Cortar las partes dañadas o infectadas de las uñas es una buena técnica, pero siempre y cuando la uña no quede demasiado corta, así como la correcta desinfección y esterilización de los instrumentos utilizados para la manicura y pedicura.
Es totalmente desaconsejable la automedicación sin un análisis preliminar, pues en caso de padecer de hongos en las uñas es necesario recurrir a un antibiograma antifúngico, el cual determinará la sensibilidad de las levaduras u hongos y definirá el tratamiento más adecuado en función de los resultados.
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