Cuidados postoperatorios de la rinoseptoplastia
Las cirugías en la nariz son una de las más comunes, ya que existen motivos funcionales y estéticos que hacen de éstas uno de los procedimientos más demandados en la actualidad. Rinoplastia, septoplastia y rinoseptoplastia son los tipos de intervenciones que se realizan en la nariz, sin embargo, muchos de los pacientes tienden a confundirlos.
Para despejar dudas, vamos a ver en qué consiste cada una de las cirugías antes mencionados, haciendo énfasis en la rinoseptoplastia, una intervención considerada como una de las más completas de su tipo, ya que actúa tanto a nivel funcional como estético.
¿Qué es la rinoplastia?
La rinoplastia es una cirugía plástica facial que se ocupa de corregir la estética de la nariz, es decir, interviene sólo su aspecto, con incisiones internas o externas dependiendo del caso. Actúa directamente sobre los huesos y los cartílagos de este órgano.
La cirugía se puede aplicar para reducir el ancho o corregir desniveles en el perfil de la nariz.
¿Qué es la septoplastia?
La septoplastia es una intervención que modifica el tabique nasal para mejorar la función respiratoria. En ella, la nariz mantiene su forma exterior debido a que ésta no depende únicamente del tabique. Se realiza mediante incisiones interiores que corrigen la desviación del tabique tratando de retirar la menor cantidad posible de tejido.
Esta es una cirugía más funcional que estética.
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¿Qué es la rinoseptoplastia?
La rinoseptoplastia es una combinación de las dos cirugías anteriores. En ella se corrige el tabique y además se mejora estéticamente la nariz. En cualquiera de los tres procedimientos el paciente es puesto bajo anestesia general.
¿Cuáles son los cuidados postoperatorios de una rinoseptoplastia?
Luego de la operación, el cirujano pondrá un tapón para detener el sangrado y también férulas para que sostengan el tejido en su lugar. El tapón se retirará entre 24 y 36 horas, mientras que las férulas se deberán llevar entre una y dos semanas.
La inflamación de la cara es normal y empezará a remitir a partir del segundo o tercer día después de la cirugía. Es posible que la nariz, las mejillas y el labio superior presenten insensibilidad durante algunos días y la punta de la nariz puede sentirse entumecida durante semanas e incluso meses.
Después de la intervención es habitual que salgan líquidos de la nariz e incluso sangre; esta situación, que se presenta entre el segundo y quinto día, es normal y no representa ningún riesgo.
En la mayoría de casos, el paciente sale de la clínica el mismo día o, como mucho, al día siguiente. Ya sea en la casa o en el hospital, se le recomienda al paciente que guarde completo reposo tras la cirugía, sin hacer ningún esfuerzo y evitando tocarse la nariz. Por efecto de la anestesia es normal que se presente mareos y embotamiento, pero estos síntomas desaparecen luego de 24 horas.
Al día siguiente de la operación no deben tomarse baños ni duchas; al cabo de unos días el paciente podrá salir al aire libre, pero evitando exponerse al sol por períodos mayores a 15 minutos. Dado que después de la cirugía la nariz estará obstruida por días o incluso semanas, es importante evitar sonarse, aunque la sensación sea molesta.
Para ayudar a desinflamar la zona de la nariz, se pueden aplicar compresas de hielo, pero asegurándose de que la nariz siempre permanezca seca. También ayuda dormir apoyado sobre dos almohadas.
Luego de la intervención y durante un par de días es normal que se presente dolor, para ello, el cirujano receta analgésicos. Es muy importante que la medicación se tome siguiendo las instrucciones prescritas por el profesional, sin dejar empeorar el dolor.
Las primeras semanas después de la cirugía se recomienda al paciente evitar la actividad física, el levantamiento de objetos pesados y en general todas aquellas acciones que puedan presentar un riesgo de caída o un aumento de presión en la cara.
Para limpiar y cuidar la herida de la cirugía se deben seguir las indicaciones dadas por los profesionales. Habitualmente el paciente puede retomar su vida normal después de una o dos semanas de la operación.
Si el paciente usa gafas, se recomienda esperar un mes desde la operación para continuar su uso, pero si son imprescindibles, se pueden apoyar en los pómulos con ayuda de cinta adhesiva para que no ejerzan presión sobre el tabique.
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¿Cuáles son los síntomas de que algo no está bien?
Como se ha mencionado anteriormente, algunos efectos de la operación como el dolor, la sensación de taponamiento, la presencia de secreciones nasales y la desorientación son normales. Pero hay que estar atentos a síntomas que indican que algo no está bien y acudir inmediatamente al médico.
Se recomienda consultar al cirujano si aparecen los siguientes problemas: dificultad para respirar, presencia de una hemorragia nasal que no se puede contener, dolor que no se alivia con analgésicos, aparición de fiebre y escalofríos, abundantes dolores de cabeza o rigidez en el cuello.
Para una buena recuperación y unos resultados excelentes, es necesario que el paciente siga al pie de la letra las indicaciones dadas por el cirujano, tanto a la hora de aplicar cuidados sobre la nariz como de tomar las medicinas. También es importante que se asista a todas las revisiones que estime convenientes el especialista antes de dar el alta definitiva.
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